miércoles, 27 de julio de 2011

UN SUEÑO

REIVINDICACIÓN NACIDA AL AMPARO DE LA LUZ DE UN CANDIL* Y EL ARRULLO DE UNA BRISA VERANIEGA DE ATARDECER

Querría que los que me rodean me vieran SIN CONNOTACIONES, que no dijeran que soy deportista ni literato, ni ingeniero ni médico ni periodista ni empresario, ni siquiera escritor, ni rico ni pobre, ni guapo ni feo, ni inteligente ni culto ni tonto ni ignorante, que me vieran desnudo, con el único ropaje de mi piel, mis venas, mi sangre y mi ciudad, mi tierra, mi paisaje, que solamente supieran que me gusta pasear por el Retiro una tarde de domingo y que vivo en Madrid, o en cualquier otro lugar del mundo. Nada más.

*candil.

(Del ár. hisp. qandíl, este del ár. clás. qindīl, y este del latín candēla).

1. m. Utensilio para alumbrar, dotado de un recipiente de aceite y torcida y una varilla con gancho para colgarlo.

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