Los tópicos. No hay para mí nada más ridículo que una persona soltando un tópico. Detesto esas conversaciones entre desconocidos y entre gente que hace tiempo que no se ve cargadas de tópicos, detesto las frases hechas. Odio ligar con una chica preguntándola si estudia o trabaja o si viene mucho por aquí. Me repugna que alguien juzgue a una persona sin conocerla, me repugna juzgar a una persona sin conocerla, porque yo, como todos, también lo he hecho y lo hago a menudo. Si dispusiéramos de un aparato que pudiera medir la cantidad de tópicos que decimos en un solo día, un "topicanómetro" podría llamarse, seguramente descubriríamos que alrededor del noventa por ciento de lo que soltamos por la boca son tópicos.
Francisco Umbral escribió sobre los tópicos aprovechando el entierro de Ramón Gómez de la Serna. Me gustaría rescatar algunos fragmentos del maestro a este respecto:
"Manuel Viola se había levantado a media noche para despertar a su vecino César González Ruano.
—César, César, que ha muerto Ramón. Tienes que hacer un artículo.
César hizo el artículo —"Ramón del alma mía"— para ABC. Luego hizo otro para Informaciones. Los periódicos manejaron todos los viejos tópicos ramonianos: "malabarista de las palabras", "mago de la ilusión", "creador proteico" (nadie tan igual a sí mismo). Comprendí lo que ya sabía: que en este país te colocan tres adjetivos y dos frases y ya nadie varía eso en cincuenta o cien años de vida literaria.
Los adjetivos y las frases pueden estar equivocados, puede haberlos lanzado el propio interesado, o un editor torpe, pueden haberse quedado viejos. Es igual. Nadie los moverá ya nunca. Luchar por el nombre en España es luchar por el tópico. Nunca se llega ni a la gloria ni a la fama ni a nada. A lo más que se llega es al tópico.
—Caramba, usted ya se ha hecho un nombre, una fama.
—Perdón, yo me hecho un tópico. Si uno tiene aplicación y constancia, y no es absolutamente tonto, al final de la vida lleva su tópico como Sísifo su piedra. Eso es todo. Nadie ha estudiado en serio a nadie, y si alguien lo hace, como no se lee, lo que siguen funcionando son los tópicos de periódico."
Esto que escribió Umbral, referido a la literatura y a los escritores, puede trasladarse a cualquier ámbito de la vida. Dijo Ortega que el ser humano se mueve por razones líricas. Yo diría que se mueve por tópicos. Tener un buen sueldo, casa propia, mujer e hijos, un coche bonito, irse de vacaciones en agosto a Benidorm, comprarse el mayor número de artefactos electrónicos posible, tomar el aperitivo los domingos. Esa es la aspiración que tiene en la vida la mayoría de la gente. Eso son tópicos.
Todos llevamos nuestro tópico a cuestas. Y todos llevamos nuestro ramillete de tópicos para designar a los demás, incluso a nuestros seres más allegados. Nadie, o muy pocos, conoce o quiere conocer en profundidad a nadie. Nos conformamos con una imagen preconcebida de una persona, y con eso vamos tirando. Para qué conocerles más. Una persona no es un círculo perfecto. Una persona tiene infinidad de aristas, y la mayoría no quiere ver esas aristas. Y repito que eso se da incluso entre amigos cercanos y familiares. Las madres suelen decir que conocen "perfectamente" a sus hijos. Siento decepcionarlas. Un hijo es para una madre un perfecto desconocido. Luego imaginaros para el resto.
Mas yo lo que quería era hablar de Cristiano Ronaldo, ese magnífico jugador que, para mi regocijo, ha fichado por el Real Madrid. Creo que no soy el único que piensa que este fichaje era imprescindible para el club, para expandir por el mundo su imagen, deteriorada los últimos años por la mediocridad, para sembrar de respeto por la camiseta blanca los campos de fútbol de la vieja Europa. Algunos dirán que era más necesario compensar el equipo y, con ese dinero, haber fichado a varios buenos defensas y más jugadores de calidad. Mentira. No saben lo que dicen. Un jugador como Cristiano es mil veces más importante en un club como el Madrid que todas las tentativas de equipos sólidos y comprometidos que se han intentado hacer en los últimos años.
Se dice que Cristiano va a hacer mucho daño al Madrid, que no va a rendir porque va a estar todos los días de fiesta, que no va a resistir la tentación nocturna que supone esta ciudad, que va a formar un clan y que por tanto la va a armar en el vestuario, que es un niñato que sólo piensa en el dinero. Tópicos. Vuelve a funcionar el tópico manido y manoseado que usa todo aquel a quien gusta de hablar mucho, pero poco de pensar. La cita de Umbral encaja aquí perfectamente. Cristiano no es un escritor, pero vale igual. No es un escritor, pero sí un talento extraordinario para el fútbol, un atleta apasionado por su trabajo. ¿O acaso ese cuerpo es producto de las salas de fiesta y las noches sin dormir? Me gustaría preguntar a todos aquellos que dicen que va a dar muchos problemas al Madrid: ¿qué problemas ha dado en sus clubes anteriores? ¿Que se quería ir del Manchester para venir al Real? Creo que es lícito que una persona quiera mejorar en su trabajo, ¿no? ¿Que se enfadó una vez porque Ferguson le cambió en un partido? Claro, y a mí también me molesta que mi jefe me mande a limpiar la cámara donde se guarda la sangría, que está sucia y mohosa y huele a vino avinagrado y podrido.
Yo no tengo el gusto el conocer a Cristiano, pero si uno deja por un momento de lado su aspecto y procura leer algunas entrevistas, fijarse en su expresión corporal e investigar un poco sobre su vida, creo que comprobará que se aleja varios años luz del tópico que la mayoría tiene en mente cuando piensa en él.